Apenas se inmutó, logró convertir su orgasmo en un trámite burocrático de lunes por la mañana. Cuando terminó se echó a un lado de la cama y agarró su paquete de tabaco. Comenzó a fumar y, pese a que sabía que él lo detestaba, el humo empezó a inmolarse contra el techo. El chico logró articular un ‘te quiero’ sincero y amplió su sonrisa al abrazarla. Ella seguía a su lado, inmóvil, sin n
