Esto van dos que se besan
en un ademán suicida que terminará
con un beso que muere entre dos labios.
Esto van dos que se besan
mientras desenfundan una mirada
cómplice
como quien conoce el final de la
historia.
Esto van dos que se besan,
a los que una cosa llevó a la otra
y acabaron deshaciendo la cama.
Esto van dos que se besan
y, como quien no quiere la cosa,
terminó él enamorado y ella resacosa.
Esto van dos que se besan...
Se venden retales de un corazón
deshilachado
porque llegué a la conclusión de que
es más fácil no tenerlo
que pasarse toda la vida cosiendo.
Se alquilan las ganas de perder la
vergüenza,
de hacer ahogar un grito de placer en
la almohada más cercana
mientras despeina mi cabeza perdida
entre sus dos piernas.
Se empeñan los 'Te necesito' que se
quedaron en la punta de la lengua
los besos en la recámara que no
prendieron por falta de pólvora
y los whisky con coca cola que
necesitaré para olvidarla.
Pregunten por el hombre de la gabardina
gris
que camina cabizbajo todas las noches
de lluvia
por aquella maldita calle del pasado
en la que sólo transitan los recuerdos
amargos.
Dani Rivera
Me vienen hoy a la cabeza imágenes -y me maldigo por ello-
comparando lo que fuimos y lo que podríamos haber sido
como quien contrapone realidad y expectativa
en un juego donde sólo conseguiré hacerme aún más daño
-De lo que me hiciste tú-.
Podrías haber sido
la mejor forma de despertarse un lunes por la mañana
el café caliente de los martes de dudas
la sonrisa que se burla del mundo un miércoles
la posibilidad de levantarte la falda un jueves cualquiera
el alcohol que cura mis heridas de los viernes noche
las ganas de follarte -aún más si cabe- un sábado tonto
y mi desayuno en la cama de los domingos soleados
Pero sin embargo te conformaste con ser
una auténtica hija de la gran puta.
Dani Rivera
Hace unos meses alguien me dio la chispa que necesitaba para terminar de prender. Tras época de irregularidades, de no saber sobre qué escribir, encontré mi inspiración encerrada en un libro. Ahora, con el verano por delante y con más tiempo disponible, puedo afrontar el reto de maquetar mi libro, mi propio libro, una recopilación de relatos, poemas y reflexiones, algunos inéditos, otros que aparecen entre las páginas de este blog o en el de Cuatro Suspiros.
Desde pequeño siempre tuve el sueño de tener algo mío, un libro en papel que poder guardar en mi librería. Ese sueño está lejos, pero cada día un paso más cerca. Quizá, si logro engatusar a alguna editorial, Relatos de un Romántico vea la luz, físicamente hablando. Lo único que sé es que voy a dar todo lo que pueda dar para que, como mínimo, salga en versión online y gratuita.
En unos días nos vemos. Y tendré una sorpresita.
Dani Rivera
como aquel que contempla lo que podría tener si se atreviera,
como el cuento de una lechera que no tuvo valor
porque también se requiere de valentía para cumplir un sueño.
Te observo desde mi distancia de seguridad,
entre nosotros, justo en medio, sólo nos separa mi cobardía,
un muro infranqueable construido a base de 'qué pudo haber sido'
con ladrillos en condicional, la forma verbal más triste que existe.
Te observo yo, porque tú nunca miras,
inconsciente de que, en tu tristeza, hay alguien capaz de hacerte feliz,
de sacarle brillo a tu sonrisa polvorienta, olvidada ya en algún rincón,
de contemplarte desde la cama mientras te marchas, orgulloso de tenerte.
Te observo y me invaden unas ganas locas de perder la cabeza,
de saltar por fin el muro, de acelerar tu corazón al ralentí,
de demostrarte que todas las decepciones pasadas
te ayudarán a ser más feliz.
Conmigo.
Porque firmaría mi declaración de tu dependencia
sólo para observarte un poco más cerca.
A escasos centímetros.
Y en mi cama.
Dani Rivera