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A doscientos kilómetros por hora

Algún día te cansarás de ir a doscientos kilómetros por hora y verás que la velocidad ha impedido que te dieses cuenta de todo lo que dejabas atrás y yo seré en tu carretera esa intrascendente señal de stop que nunca viste y que se convertirá en crucial en el momento justo en el que aquel coche se cruce en tu camino. Dani Rivera @Dani_RiveraRuiz


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Cenicienta de Gijón

Tremendamente arrebatadora. Apasionada y apasionante. Princesa amenazante de caballeros andantes. A diferencia de muchas, ama la sinceridad y detesta la mentira. Vital y soñadora, que diría. Extraordinariamente extraña. Ella es amiga aunque sea de un equipo rival. Y no cualquier amiga, la amiga que todo amigo desea y la que cualquier persona anhela encontrar. Qué más da lo que la g


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¡Buenos días, princesa!

¡Buenos días, princesa! He soñado toda la noche contigo, íbamos al cine y tú llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto... Sólo pienso en ti, princesa... ¡Pienso siempre en ti! Escucha el fragmento  Ir a descargar


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Aquel lluvioso paso de cebra.

“No existen los amores para siempre” dijo ella, atrincherada tras una taza humeante. “Que sí, Lucía” apuntó él, echando un vistazo a la mojada calle tras los cristales de aquel café “Hazme caso ¿cuándo te he mentido yo?” “¿Y por qué lo sabes?” Nico sonrió fugazmente, dejó de mirarla a los ojos y echó un vistazo a la mesa donde reposaban sus dos cafés, ideal para días lluviosos


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Contigo

“Yo no quiero un amor civilizado, con recibos y...” La canción de Sabina quedó incompleta por el ruido de un golpe seco, excesivamente brusco. “Yo no quiero que viajes al pasado...” De nuevo la suave melodía se vio interrumpida, esta vez por un gemido, un grito ahogado que prontamente se vio sofocado. Él había subido a su casa con el pretexto de echar un vistazo a la vasta colección de C


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Que vivan los románticos

Dicen que el romanticismo languidece por momentos, que se pierde, que llegará un día en el que definitivamente se extinguirá, que ahora todo se reduce a una mezcla imperfecta de alcohol, noche y descontrol, de deslices, de Te quieros con fecha de caducidad, de hasta luegos definitivos. Ojalá las rosas nunca mueran y siempre sirvan para expresar lo que, a veces, las palabras nunca alcanzan a


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Necesito necesitarte

- “Necesito necesitarte” - “Lo sé” - “¿Lo sabes?” - “Sí” ella sonrió como sonríe un niño que acaba de cometer una travesura - “Necesito decirte que te quiero” - “Lo sabía.” - “¿También?” - “Sí” repitió, calcando hasta el detalle más mínimo, su anterior sonrisa. - “Pues que sepas, si no lo sabes ya, que necesito compartir los domingos por la mañana contigo, enredarnos entre las sába


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Te odio...

Te odio porque no puedo dejar de mirarte. Sí, sé que aún no te has dado cuenta. Te odio porque tengo la certeza de que lo nuestro nunca podría funcionar. Te odio porque me encanta tu perfume, ese aroma que te envuelve y que te hace aún más irresistible. Te odio porque me imagino a tu lado dentro de unos años y de repente todo se esfuma. Y eso duele. Te odio porque Dios nos hizo tan iguales y


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Cinco años

“¿Qué te pasa?” Preguntó, queriendo leer el rostro afligido de la persona que tenía enfrente, mientras llevaba su mano derecha al vaso. “¿Que qué me pasa, Marta? Que llevo cinco años enamorado de ti y no lo soporto más, cinco largos años en los que he esperado cada día a que el olvido borrase la huella de tu presencia, cinco años en los que he tenido que soportar tus romances, cada noche


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Las luces de la oscuridad.

La vida de Raúl Astray transcurre por los derroteros habituales hasta que el traumático divorcio de sus padres hace que se precipiten los cambios. De pronto y sin él quererlo se verá envuelto en un oscuro caso en el que tendrá que ejercer de detective improvisado. Amor, intriga y misterio se dan cita en la primera 'novela tuitera' que se dividirá en capítulos publicados periódicamente en este


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Sesenta kilómetros.

Tomó aire. Lo necesitaba. Echó un fugaz vistazo al reloj, lo había logrado. Bajo elevado techo de la estación de tren de Valladolid, recogió su mochila del suelo, se la colgó en el hombro izquierdo y volvió a emprender una marcha que se había visto pausada por culpa de su forma física. Llevaba corriendo algunos minutos, necesitaba coger ese tren, el haberlo perdido hubiese significado ten


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