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Nadie en el horizonte.



Escrito por  Dani Rivera     8/13/2010    Etiquetas: 

Carretera solitaria. Camino a kilómetros de distancia de donde en realidad debería estar. Nadie en el horizonte y casi lo prefiero así. Nada a mi alrededor, desierto, montañas y piedras rojizas que me recuerdan a las películas de indios y vaqueros.

A lo lejos la nada, la nada y un pequeño espejismo, agua. Calor, el sol me abrasa la espalda y la sequedad del ambiente hace que el aire sea irrespirable, cada bocanada que cojo hace que mis pulmones imploren ayuda para evitar el ardiente gas.

Querido Dios, después de haberme privado de tantas cosas, cómo se te ocurre hacerme esto. Sé que debo pagar por todo lo que hice, por abandonarla pero...

Ahora me he dado cuenta de lo equivocado que estaba, la quise o, mejor dicho, aún la sigo queriendo, no consigo olvidarla y, bajo este sol abrasador, apenas puedo recordar todos los momentos que pasamos juntos.

Kilómetros y kilómetros de desierto nos separan, creo que estará dolida conmigo, pero tengo la certeza de que podré volver a recuperarla.

Dios mío, dame una oportunidad, porque tengo miedo, miedo de que la esperanza se desvanezca y de que ya no me quede nada. Debo decirla que la quiero, aunque ella lo sepa pero todavía siga ignorandome, tengo que estar con ella otra vez...

Querido Dios, necesito ahora una ínfima esperanza, un rayo de luz en esta oscura soledad, algo que me ayude a seguir, a continuar. Debo ser fuerte, lo sé, pero es muy difícil serlo cuando he perdido todo lo que una vez me importó.

La necesito, la necesito a ella, por favor, solo déjame pedir un único deseo, quiero que vuelva aquí, junto a mí, tenerla entre mis brazos y protegerla y que nadie jamás la vuelva a hacer tanto daño como la hice yo una vez.

Me acerco a aquel espejismo, sediento y cansado, poco camino queda ya para mi final, te lo pido por favor, antes de caer y desvanecerme, antes de consumirme entre el abrasador asfalto necesito verla una vez más, al menos déjame pedirla perdón.

Y cada paso que doy es uno menos que queda para llegar a ninguna parte, cada lágrima que se evapora antes de caer al suelo es una menos para que llegue el final, que idiota fui...

Lo único que necesitaba, lo único que necesito y lo único que necesitaré eres tú... Aunque sea demasiado tarde para decirlo... Te quiero...

Dani Rivera

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